Monday, February 21, 2011

... la restricción de armas es darle rienda suelta al pensamiento criminal. (Andrés de Camino @ Facebook.com) - PR ARMED CITIZEN

... la restricción de armas es darle rienda suelta al pensamiento criminal. (Andrés de Camino@facebook.com)

por The Puerto Rico Armed Citizen

El Estado de Texas se encamina a aprobar un proyecto de ley que le permitiría a los estudiantes y profesores portar armas de fuego en los recintos universitarios. Este acto valiente y heroico, que es exactamente como tiene que obrar, de la Legislatura Estatal de Texas me lleva entonces a reflexionar con respecto a estos asuntos.

Viene a mi memoria un evento reciente en el cual Seung Hui Cho, en un frenesí asesino le quitó la vida a 32 personas en el Instituto Politécnico de Virginia (Virginia Tech) el 16 de abril de 2007. Ciertamente muchas de las personas que rodeaban a este inmigrante surcoreano tomaron en menos las señales que alertaban lo que podía suceder, desde incidentes en los que se le declaró enfermo mental hasta publicaciones que hizo en su página de internet en la que aparecía portando armas. Cuando reflexiono acerca de las víctimas, no me queda duda que este asesino, fuera de la cosideración de su insanidad mental, fué frío y calculador al escoger a ciudadanos decentes y honestos que se preparaban para ser productivos para la sociedad y que por razones del destino no estaban armados posiblemente para, entre otros, no violar la política de no armas en el campus y las leyes del estado. Evidentemente, también recuerdo el asesinato en masa en la Cafetería Luby’s en Texas (octubre 1991) y el remordimiento que lleva la ex legisladora Suzanna Gratia Hupp de tener a un minuto de distancia su arma en el carro, cuando los segundos fueron cruciales para vivir para contarlo. Por temor de no violar la ley, pues no existía una ley que autorizara la portación de armas ocultas, Suzanna (autora de "From Luby's to the Legislature: One Woman's Fight Against Gun Control") dejó el arma que portaba en su carro y el resto es historia: al igual que ella los ciudadanos no tuvieron la oportunidad de pelear de igual a igual para defender sus vidas.

En ambos casos y al igual que en otros (Columbine High School Massacre, 1999) la primera línea de contacto y blanco de los ataques fueron ciudadanos decentes desarmados y en ninguno de ellos hubo presente un agente de seguridad pública, estatal o federal, o en el mejor de los casos, privado, que pudiera enfrentar a los atacantes. ¿Qué evidencia esto? Llevamos años afirmando lo mismo por años y años en Puerto Rico: las agencias de seguridad pública, sea la Policía Municipal, la Policía de Puerto Rico, el Federal Bureau of Investigation, Department of Homeland Security o póngale cualquier otro nombre que aunque así quisiesen hacer, tal como rezan sus respectivas misiones, no pueden garantizarle la seguridad al ciudadano decente y honesto en cuyo diario vivir se desplaza entre calles atestadas de criminales avalados por políticos inescrupulosos y jueces lenientes que no encuentran causa con alarmante frecuencia.

¿Dónde están las fallas y en manos de quién están las soluciones? La defensa del derecho a tener y portar armas, garantizado por los padres fundadores en la 2da. Enmienda, Carta de Derechos de los Estados Unidos es un asunto político. Digo defensa, pues un asunto es tal derecho que tenemos aún desde antes de la fundación de la nación y otro es lo que le permite el pueblo a pichones de tiranos cuando políticos inescrupulosos legislan contrario a la Constitución y se queda miserablemente como que aquí no ha pasado nada. A muchos sectores del pueblo les tiembla la mano a la hora de ejercer el derecho al sufragio. El desconocimiento, promovido ciertamente por agendas políticas muy bien planificadas y ejecutadas, hacen que nuestros electores boten el voto cada cuatro años y que los flamantes escorias de politiqueros le falten el respeto al pueblo una y otra vez, cada cuatro años.

La restricción a las armas es darle rienda suelta al pensamiento criminal (Andrés de Camino @facebook.com). ¿Pero dónde se incuba el germen de esta filosofía criminal y antiderechos que ha infectado las calles de la nación? Sin temor a equivocarme, creo que en la misma mente de aquellos que tienen agenda para beneficio propio a costa de un pueblo bueno y trabajador cuyo peor error es poner su confianza en los colores y no en aquellos cuya convicción es servirle bien bajo lo establecido en el sagrado documento.Hoy por hoy, lo mismo en la calle que en los recintos universitarios, la primera línea de combate que confronta a los enemigos del modo de vida establecido por nuestros padres y abuelos somos nosotros mismos. La visión de quien le sirve a quien en esta nación está corrupta: hoy vemos como es el pueblo quien es servidor del gobierno y no el gobierno al servicio de los intereses del pueblo. Pero está en manos del pueblo decidir si permite al vulgar delincuente y asesino tomarle desarmado y resignado, enfrentar la pérdida de la vida y la propiedad o la de un ser amado.

A nosotros, quienes estamos presente lo mismo en la calle, en las iglesias o en los centros educativos por asi mencionarlo corresponde hacerle la advertencia a aquellos que tengan pensamientos de corte tiránico antiderechos, de que en las altas esferas del gobierno y en los lucrativos y deseables escaños electivos legislativos solo tendrán asiento quienes defiendan y promuevan el enriquecimiento del derecho de carácter individual del pueblo a tener y portar armas.


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