Saturday, May 14, 2011

LOS SACERDOTES DEL SACRIFICIO




LOS SACERDOTES DEL SACRIFICIO
Lcdo. Oscar Acarón

El hombre es criatura extraña; a veces cargamos con atavismos genéticos insospechados, los que cíclicamente nos conducen hacia abismos profundos donde nuestro correcto sentido de la humanidad se pierde. Recuerdo muy bien la explicación que en un momento histórico me dio quien considero un gran amigo, el Lcdo. José Ángel Ortiz Pérez y la analogía que utilizo al propósito de definir el concepto del “buffer zone” o mejor dicho en la lengua castellana, la zona de amortiguamiento. Su ejemplo estaba basado en el concepto del mantengo como zona de amortiguamiento económico social. La explicación, más que un alivio, para mí era el resonante silbatazo de la cobardía del ser humano, quien entra en unos compromisos con el resto de la humanidad al efecto de preservar incólume su trasero. Ello en vez de satisfacerme en términos intelectuales, lo único que logró fue abochornarme de nuestra raza. Me hizo recordar que hemos mantenido esa arrastrada costumbre durante milenios. Cuando encontramos de que carecíamos de control sobre la naturaleza, a algún loco descabellado con algún nivel considerable de poder, se le ocurrió interpretar que los cambios de nuestra naturaleza eran el producto de la ira de los dioses y a esos efectos se inventó la teoría del sacrificio, para mantener una zona de amortiguamiento entre nosotros y los dioses. Cosa de que no les diera coraje, quiero decir. A lo mejor comenzamos con un pichoncito este negocio del sacrificio y como vimos que el pichoncito no funcionaba, fuimos evolucionando en nuestra teoría hasta llegar a ofrecerles a los dioses las más tiernas y hermosas vírgenes. Cuando tuvimos un año bueno, aumentamos la dosis a dos vírgenes y si el próximo año nos iba mal, era porque los dioses no se sentían satisfechos, por lo que para asegurarnos les sacrificamos tres. No creo que haya un cristiano en esta ínsula que no se haya enterado del asalto de la dueña de salón de cosmetología de Caguas. Por lo poco que trasluce a través de las noticias, un hijo de ramera le sopló un plomazo con una .45 que le rompió las costillas y le laceró un pulmón. De a puritita chiripa está viva. Lo que sí parece real es que la señora en cuestión, si le hacemos una tomografía computarizada (Los rayos X me la pueden poner a riesgo), le vamos a encontrar cuatro pares de ovarios. En su negativa a dejarse matar a manos del caprino agrandado, haló por su pistola y le entró a tiros a la pila de excremento satánico que la estaba asaltando metiéndole dos en la carne y de viaje le dio un arañazo de campo en la mochila, llevándole de paso los timbalitos (de pensarlo nada mas, el asunto produce escarcha en el estriado del esfínter anal). El Ángel de la Muerte llegó a acariciarle las mejillas a esta certificada heroína, pero por la poca información recibida, un vecino enviado por El Jefe, quien determinó que todavía no era su hora, vino a arrebatarle de los brazos al Ángel de la Muerte a esta dama; ese asunto está destinado para después. Para toda la isla este ha sido un gran ejemplo de heroísmo y ha servido para despertar el ánimo de la gente decente de este país a defenderse, a preservar su vida. Cuando mejor llevamos la noticia de la supervivencia de esta súper mujer no se hicieron esperar los comentarios, tildados de estúpidos, del mayor creyente de la teoría del “buffer zone.” Es que el acto que llevo a cabo esta dama, ahora resulta ser tomarse la justicia por las manos. Todavía estoy tratando de sacarme de las cejas, la caspa que me produjo el coraje de haber oído ese comentario tan fuera de lugar, de tiempo, de espacio, tan desacertado e inapropiado. Dentro del gobierno reside una elite de súper privilegiados y extra protegidos que entienden que su mejor bienestar es mantenernos a nosotros como buffer zone entre los criminales y ellos. Somos los pichones a sacrificarse en el beneficio de ellos, porque beneficio ninguno sacamos nosotros de esa teoría. Defenderse ahora resulta ser el equivalente a “tomarse la justicia por nuestras manos.” Vamos a hacer algo, dejen sus guardaespaldas, entreguen sus armas, bájense de sus vehículos escoltados y vengan a caminar la ciudad con nosotros, ausentes de la seguridad que NOSOTROS LES PAGAMOS. Yo no tengo respeto alguno por esas teorías, a mi me parece que la persona que enarbola y promociona ese tipo de teorías es tan asesino como los sacerdotes que ejecutaban sacrificios humanos para mantener su zona de amortiguamiento con los dioses. A ustedes, cobardes sacerdotes del sacrificio, la cuenta de cuatro de Walter José. A nuestra heroína nacional que Dios la bendiga, la proteja y le dé larga vida. A los padres de la Constitución de USA, donde quiera que estén, mi agradecimiento por la segunda enmienda; ello salvó a una de las nuestras.

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