Friday, January 20, 2012

Carta a los ciudadanos decentes de nuestro Puerto Rico


Carta a los ciudadanos decentes de nuestro Puerto Rico
Víctor González García

Hoy nos encontramos ante un país que lentamente se nos va de las manos. Digo lentamente, pues me queda la esperanza de que aquellos buenos ciudadanos que aun viven en Puerto Rico se levanten y pongan manos a la obra.

Como saben, estamos en año de elecciones y que mejor momento para los políticos, que venir con su acostumbrada demagogía a decir que con sus proyectos acabaremos con el crimen y si usted es de los seres pensantes y por eso difiere de la posición de ellos, usted es el que apoya entonces al crimen.

¡Qué triste ver a los políticos tratar de sacar ventaja de la tragedia humana! Si bien es cierto que en Puerto Rico ocurrieron sobre 1,130 asesinatos el año pasado y este no pinta muy bien que digamos, el presentarse en cuanto programa de radio y televisión y página impresa como que es quien tiene la única solución, resulta patético.

Vemos como el Senador Eduardo Bathia insiste en proyectos que se sabe no persiguen otra cosa que limitar aun más el alcance al derecho constitucional a las armas de fuego a los ciudadanos. Se presenta ante el pueblo, agarrado de la tragedia de Karla Michelle para decir que con estas medidas esto no volverá a ocurrir.

Presenta una medida para serializar las balas. Para validar su posición utiliza el argumento que es algo que otras jurisdicciones impulsan. Que el Secretario de Justicia de California indica que es una medida altamente efectiva; pero oculta que no existe fabricante de las municiones como él quiere y que California, único estado que ha aprobado este registro, lo ha tenido que aplazar indefinidamente pues nadie hace las municiones que cumplan con la Ley.

Ha presentado unas medidas, más que para combatir el crimen, para darse publicidad gratuita. Imagínense el arrojo, que uno de los proyectos lo que hace es añadir lo que son delitos graves por nombre y apellido, cuando la ley ya prohíbe al convicto de delito grave la adquisición y posesión de armas de fuego. Tanto la Ley Federal como la Estatal ya contemplan esto. Sabe Dios, aprueban esta medida y entonces comienza la confusión, “el delito grave cometido, no está en la lista sometida”.

Pretende sin más, desacreditar a los ciudadanos decentes que poseen licencia de armas, lanzando sobre ellos la mácula del crimen. Sin decirlo de frente le dice al pueblo con sus medidas, que controlando a los legales controla el crimen.

Utiliza estadísticas dudosas, pues todos conocemos lo poco confiable del sistema electrónico, para justificar su labor legislativa. Como si fuera poco, somete un proyecto para que toda arma tenga que pasar por un cedazo de tracto, para saber a quién pertenece. Es aquí que uno se da cuenta, que él mismo no confía en el sistema actual y por eso quiere otro. ¿Entonces, porque creerle con la data si él mismo la pone en duda?

Presentan como la gran medida un sistema acústico para detectar los disparos. Olvidan decir que aunque es una gran herramienta para indicar de donde provienen los disparos, en Puerto Rico el tiempo de respuesta de la Policía no es muy alentador.

Antes de invertir fuertes sumas en tecnología, a lo que no me opongo, es imperativo equipar a nuestros hombres y mujeres de la Policía con el equipo básico y esencial. Es triste ver día a día como salen a la calle con chalecos a prueba de balas expirados, con radios de comunicaciones cuyas baterías están agotadas, donde prefieren utilizar su teléfono celular al radio, ver patrullas que su estado parece del tercer mundo.

¿Quieren hacer algo? Devuélvanle el respeto a nuestros maestros y policías. Que los ciudadanos comiencen a decir por favor y gracias. Que el gobierno sea un facilitador y no un socio capitalista en el bolsillo de los contribuyentes. Que el gobierno exija a aquellos que se benefician de sus ayudas a que den algo a cambio. Es nuestro país.

Hay quien dice que si esto se pone peor, se va. Yo pienso que si esto se pone peor es por nuestra culpa. Por cómo hemos dejado ir a la sociedad, por cómo hemos delegado en los políticos para que resuelvan los problemas sin tomar parte en la solución de los mismos.

¿Cuántos de ustedes han ido a una vista pública, cuantos han participado en una dando su opinión? ¿Pocos, verdad?

Yo he tenido la experiencia de hacer este deber ciudadano en innumerables ocasiones. ¿Y saben lo triste del caso? Que cuando uno lleva la data correcta, los “representantes de los ciudadanos” deciden hacer lo que ellos quieren, con su data incorrecta pues total, los senadores o los representante son ellos.

No tomen como bueno todo lo que escuchen y mucho menos en año electoral. Busquen información, edúquense y no tengan miedo en decirle a un político que está equivocado. Recuerde que usted lo puso ahí, y usted lo puede quitar.

Aunque usted no lo crea, un político solo le teme a una cosa; ¡un ciudadano armado con un lápiz el día de las elecciones!
®DERECHOS RESERVADOS

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