PR Armed Citizen
La santidad del hogar violentada por delincuentes no tiene perdón. Hoy he salido de un retiro forzado por los
quehaceres del diario vivir para detenerme y lamentar la partida prematura de
un hombre bueno en la madrugada del pasado 17 de noviembre de 2013: el agente jubilado Ramón Toledo González,
quien residía en el barrio Ángeles de Utuado, Puerto Rico. Don Ramón luchó para defender con su vida lo mas
preciado que tenía: la vida de su esposa
y sus seres amados ante el ataque inmisericorde del criminal que cada vez es
mas violento y con mayor odio desprecia la vida de los que toma como víctimas,
a los que no solo pretende robar, sino violar y matar.
Puerto Rico pierde cuando vidas como las del valeroso Agte. Toledo se
apagan. Pierde, porque cada vez con
mayor frecuencia, vidas como ésta, productivas dedicadas al trabajo honrado, de
bien en favor propio y de los demás, de coraje y valentía porque se lanzó al
combate a defender en justicia lo que le correspondía, de orden, de respeto y
de honor dejan de legarle en vida a las próximas generaciones los valores con
los que levantaron a sus amadas familias.
Puerto Rico pierde y perdemos todos, porque la pérdida de la vida de
este noble servidor jubilado no se compensa con el descenso al mismo infierno
del maldito exdelincuente y hoy cadáver decadente en proceso de putrefacción
Julio Molina Molina (amasijo de gusanos que residía en Arecibo), quien pereció
mientras atentaba contra la santidad del hogar de la familia Toledo. La partida de Don Ramón no se ve resarcida
con el que tres delincuentes mas, el asesino y pillo Jhomar Rivera López, su
hermano igualmente pillo Gabriel y Jorge Luis Mieles Cordero, pillo y compinche,
vayan a pasar el resto de sus desgraciadas vidas en prisión. Al fin y al cabo, a estos tres malditos
escorias el pueblo tendrá que mantener a un costo que excederá los $45,000.00
anuales en una prisión mientras la familia del Sr. Toledo González sufrirá la
pérdida de su padre, un hombre bueno quien dejó sus mejores años de juventud en
el servicio como agente de la Policía de Puerto Rico. No hay ni habrá retribución que subsane la
pérdida de la vida de Don Ramón.
Solo nos queda honrar su sacrificio y agradecer a Dios Altísimo que su
esposa y sus familiares puedan vivir para continuar con el legado de bien de su
ser querido.
Hoy es día de reflexionar. Hoy es día de renovar nuestro objetivo de
llamar la atención de un pueblo que vive en el letargo de la indiferencia y el
entretenimiento con los ofrecimientos de nuestra era, mientras los políticos
del patio atentan contra lo mas sagrado que tiene el hombre: su vida y su libertad. Hoy los políticos de Puerto Rico son
co-conspiradores con los de la nación y
con los enemigos del modo de vida en libertad, de sana conviviencia, de paz y
respeto que nos legaron los Padres Fundadores mediante la redacción de la
Constitución de los Estados Unidos de América y su Carta de Derechos. Cada vez que un político redacta y legisla
contra el sagrado documento, a sabiendas o por maldita ignorancia, atenta contra
la vida y libertad de sus constituyentes.
Cada vez que tal atentado se da y los que se cantan defensores de la
Constitución hacen mutis y callan ante la injusticia, conspiran contra la vida
de sus constituyentes, quienes confiaron en ellos dándole credibilidad de que
honrarían su juramento de defender y proteger la ley suprema. Cada vez que el pueblo presencia el atentado
contra su propia libertad, calla y sigue su estilo de vida pretendiendo que no
ha ocurrido nada, aporta para que sea su futuro uno desolador, de esclavitud,
de sometimiento, de tragedia, de dolor y de desesperanza.
Hoy estoy de luto, por Don Ramón a quien no conocí y por mi pueblo,
que perece porque duerme ante las injusticias de sus gobernantes y los elige,
cuatrienio tras cuatrenio sin exigir de ellos respeto por la vida, por la
libertad, por los derechos...
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