Sunday, July 1, 2012

Carta a un asesino


CARTA A UN ASESINO
PR ARMED CITIZEN

Un arranque de indignación en respuesta a "Carta a un asesino" publicada en El Nuevo Día
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1ro de julio de 2012

Algún Lugar, Puerto Rico

Maldito escoria de (merde) de criminal:

Me importa ahora mismo un (krjo) si en esta linda mañana seas ya un cadáver decadente en proceso de putrefacción, porque si no lo eres aún te prometo que eso es lo que te corresponde y lo que habrás de ser mas pronto de lo que imaginas si persistes con tu ataque inmisericorde al ciudadano decente y honesto que hoy carga en sus espaldas a esta bendita isla y que debido a su trabajo y compromiso es que vives del mantengo, con casa paga, subsidio de agua, luz y teléfono, así como una cantidad de dinero que no te mereces para hacer las compras en el supermercado y acaparar lo mejor de la producción de alimentos que llega para la venta al comercio. Tus acciones durante los pasados días o mas bien, durante los pasados años y décadas, para serte franco, nos ha llenado de ira e indignación, sensaciones que son como una materia viscosa que nos agobia y no nos dejan vivir en paz.

Te llevamos en el pensamiento por el odio que hemos desarrollado contra ti y tus acciones en perjuicio de la gente buena y decente que fué sometida al mas vil estado de indefensión por el Estado Libre Asociado de Puerto Rico y su Constitución. Pero pronto, muy pronto le llegará a los ciudadanos americanos que residimos en esta isla la redención, ya sea mediante la aprobación del Proyecto del Senado 2466, la nueva Ley Constitucional de Armas de Puerto Rico o mediante una demanda en el tribunal federal, pues en los casos Heller vs. District of Columbia (2008) y McDonald vs. City of Chicago (2010) se ha declarado el derecho garantizado por la Segunda Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos de América a tener y portar armas como uno de carácter individual que le pertenece al ciudadano americano y que es de aplicación a los residentes de nuestra isla por conducto de la Decimocuarta Enmienda. De plano te digo que el miedo se acabó y que nosotros, los que somos la primera línea de confrontación con la que se topan ustedes vamos a pelear por nuestras vidas, la de los nuestros, la de nuestro prójimo y combatiremos para defender nuestros hogares y nuestras propiedades.

Ahora, tengo que serte franco: cuando fuistes pequeño, por conducto de un derecho constitucional el Departamento de Educación intentó instruirte y enseñarte a ser un ciudadano de provecho y falló. Cuando pasó el tiempo y cometiste tu primer delito, el Departamento de Corrección intentó corregirte a tiempo y falló. Cuando cumpliste una porquería de condena, la iglesia se allegó a la cárcel para que te convirtieras y falló. El Departamento de la Familia y otras agencias de gobierno, luego que saliste a la libre comunidad, intentaron ayudarte dándote incluso techo, agua, luz, teléfono y comida, así como participación en múltiples programas de ayuda y fallaron. Pero que te quede claro, que el hecho de que ellos fallaron no significa que todos tienen la maldita costumbre de amamantar a escorias de delincuentes de (merde) y fallar en el intento de enderezarte. Tienes mi promesa de que el ciudadano decente y honesto armado de Puerto Rico, en tu próximo ataque se va a defender y no va a fallar: te va a enderezar al punto de que te va a dejar tieso como tabla.

Entretanto tu estés planificando atacar al niño inocente que juega al escondite, acribillar a balazos un hogar donde duermen ajenos a la violencia una familia puertorriqueña, asesinar a mansalva al joven que transita en la calle confiadamente, asaltar y matar al empleado indefenso que se dedica a ser dependiente de algún negocito de pueblo, violar a la ama de casa abnegada y decente o robar y asesinar al anciano que habiendo vivido su vida en paz y honradamente, no le roba a nadie esperando porque depende de un cheque de seguro social que no le dá para medicinas ni comida y espera que le llegue su día de partir a la eternidad en paz, el ciudadano decente y honesto armado de Puerto Rico se estará preparando y capacitando en el uso y manejo de armas para fines legales, que es defender legítimamente su vida y la de los suyos.

Para serte honesto, ya no hay excusa que valga y que justifique el que estés delinquiendo, robando, violando y asesinando a la gente en la calle. Ya te hemos dado mucho mas allá de lo suficiente. El argumento de la desigualdad social no resulta válido, porque nosotros recordamos los sacrificios que tuvieron que hacer nuestros padres y abuelos para subsistir honradamente cuando no existían todas las medidas de justicia social que se han inventado hasta el día de hoy. Muchos de ellos ya no están con nosotros, pero como tenemos memoria recordamos todas sus gestas laborales, comiendo galletas de manteca con café puya de almuerzo y cena para levantar a los suyos con honor, dignidad y educación. Son esos que hoy viven en nuestros recuerdos los que nos enseñaron a amar la libertad y la sana convivencia y el respeto. Por eso, ya no nos convencen tus argumentos de la desigualdad social que utilizas para justificarte y que esgrimes cuando eres atrapado en pleno delito.

Como te expresé anteriormente, todos fallaron buscando hacerte justicia social pero tienes mi promesa de que cuando te topes con el ciudadano decente y armado de Puerto Rico, éste no fallará en enviar una contundente respuesta defensiva para detener en seco tu ataque violento en contra del inocente e indefenso. Al fin y al cabo nos resulta mucho mas costo eficiente donar un nicho barato en el cementerio que estar manteniéndote en prisión por un tiempo para luego tener que soportar el que algún juez inescrupuloso te otorgue una libertad que no mereces y que te envía a la libre comunidad para desgraciarle la vida a la familia puertorriqueña.

Tómate un momento y reflexiona sobre lo antes expuesto. Ya nos hemos dado cuenta de que con toda la justicia social de la que te hemos hecho recipiente en tu maldita existencia esto no ha dado resultado, porque no hay humanidad en ti, ni respeto por la vida, ni por la ley, ni por el orden ni por las reglas que pretenden llevar a todos a una vida feliz colmada por la sana convivencia y la libertad, así como la buena voluntad entre los hombres. Ahora te toca ser blanco a ti de la acción defensiva del gatillo legal. O te enderezas, o te dejamos frío de nevera... Tu escoges...

Bellísimo domingo para ti y los tuyos,

Ciudadano Armado de Puerto Rico (harto de los robos, violaciones, asesinatos... harto de la tragedia y del ataque vicioso de los delincuentes a la juventud prometedora y a la ancianidad indefensa... harto de la justicia blandita en donde los jueces obligan a la gente buena a defenderse en contra de los malditos criminales que envían de regreso a las calles de Puerto Rico)

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