Monday, October 4, 2010

Vivir con un revólver en la sien...

Vivir con un revólver en la sien...
Benjamín Torres Gotay
btorres@elnuevodia.com

http://www.elnuevodia.com/vivirconunrevolverenlasien-791199.html

La presente carta le fué enviada en reacción a la columna publicada el pasado domingo, 3 de octubre de 2010 en el periódico El Nuevo Día de San Juan, Puerto Rico...

Leí su columna del pasado domingo, 3 de octubre de 2010 titulada Vivir con un revólver en la sien, publicada en el periódico El Nuevo Día. Ya han sido varios los artículos relacionados con las armas publicados en los periódicos del país y la suya me ha motivado a enviarle una reacción. No estoy del todo de acuerdo con lo que expresa en la misma, aunque concuerdo en algunos puntos con usted.

Hace muchos años fuí miembro del Cuerpo de Infantes de Marina de los Estados Unidos y pertenecí a esta rama militar por convicción y no por necesidad. Soy fiel creyente y defensor de la Constitución de los Estados Unidos y de la Carta de Derechos, por lo que creo entonces en lo que establece la Segunda Enmienda a la Constitución que dice "Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado Libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas." Este es el mismo derecho que en 2008 y mas recientemente, el pasado 28 de junio de 2010 fué interpretado y declarado por la Corte Suprema de los Estados Unidos como un derecho de carácter fundamental e individual del ciudadano americano. En el caso de Puerto Rico, siendo un territorio de EEUU, la Carta de Derechos en efecto desde hace 219 años cobija a los ciudadanos americanos que aquí vivimos. Independientemente de la opinión de cualquier persona, poseemos ese derecho fundamental y es la ley.

Creo que todo hombre tiene el derecho por nacimiento a proteger su vida y la vida de sus seres amados ante cualquier amenaza y por tal razón poseo un permiso del estado que me permite tener y portar armas. Creo en la ley y en el orden y para obtener mi autorización pasé por un proceso largo, difícil y tedioso, pues el estado insiste en criminalizar al ciudadano decente y honesto que decide cobijarse bajo este derecho fundamental. Cada ciudadano que posee un arma legal tiene ya su ficha en los registros de la Policía de Puerto Rico y está tan detalladamente identificado que a la menor provocación, tiene a los agentes del orden público allanándole el hogar.

Soy un hombre de paz que le serví a la nación de la manera mas difícil y actualmente le sirvo a mi pueblo con amor y dedicación. Tener un arma de fuego no me ha hecho mas hombre que nadie, pero claramente estoy dispuesto a defender mi vida y la de los míos ante el nivel de delincuencia en el que vivimos. Vivimos en un país en el que los antihéroes y la delincuencia es exaltada en los medios y se le da una exposición desproporcionada a los actos de los delincuentes y se le brinda foro a la injusticia. La cantidad de delincuentes es impresionante: están prestos a no solo quitarle al hombre decente el fruto de su trabajo, sino hasta la vida.

Es menester que separemos lo que es el uso de un arma con fines lícitos y lo que es el uso de armas ilegales por personas que por bandoleros y delincuentes han perdido su derecho. Cada vez que hay un incidente con armas de fuego, la inmensa mayoría de las veces son armas ilegales. La prensa le ofrece una cobertura tal, que ya el poseer un arma para propósitos ilegales es visto como bueno y deseable por sectores de nuestra sociedad, al punto que hasta en lo que llaman reggaetón los gatilleros son exaltados a lo mas sublime por quienes son llamados los exponentes del género.

Llevo bregando con armas de fuego por muchos años y durante este tiempo, no ha faltado alguien que venga a hacerle la vida de cuadros a uno. Entonces, ante la responsabilidad que tengo al portar un arma, me veo aún mucho mas motivado a resolver cualquier desavenencia con cualquiera en la calle con mucha mas paciencia y diplomacia incluso que los que se expresan en contra de las armas. Si esto fuese de otra manera, ya estaría en la cárcel y por mi experiencia es que de momento no creo en el caos que auguran los desconocedores del derecho a tener y portar armas que podría ocurrir si se liberasen las leyes actuales. De hecho, ya las armas ilegales se encuentran en la calle y no vislumbro que desaparezcan debido a que a mucha gente le gusta la ilegalidad y amenazan con sus malas costumbres al hombre bueno que día a día sale de sol a sol a ganarse el pan que le llevará a los suyos. Ya las armas ilegales están prohibidas y la ley actual, una de las mas estrictas de la nación, no ha podido hacer nada para detener a los delincuentes. Ocurre lo mismo con las leyes que prohíben manejar en estado de embriaguez: hoy hay mas conductores ebrios en las calles que antes y ciertamente mucha gente ha perdido su vida a causa de estos irresponsables y ni han prohibido el alcohol ni tampoco los vehículos de motor que tantas vidas se han llevado desde el día en que fueron inventados.

El problema de las armas ilegales no radica en el ciudadano decente y honesto que las posee: radica en el delincuente al que le importa un bledo las leyes, que es enemigo del orden y del modo de vida de paz y tranquilidad que deseamos todos. Mientras haya gente que cree tener el derecho y la prerrogativa de escoger las leyes que desea cumplir y las que no, este problema continuará en alza. Así mismo, mientras existan pseudopacifistas que crean que pueden renunciar a los derechos que le cobijan al ciudadano decente y honesto, continuaremos en una lucha de opiniones sin poder vislumbrar su fin, debido a que yo, en mi carácter personal, no le pienso entregar mis derechos a nadie, según no pretendo tampoco imponerle a ningún ser humano mis criterios y opiniones.


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1 comments:

PRArmedCitizen said...
October 4, 2010 at 5:47 PM  

"Vivir con un revólver en la sien..."

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