Saturday, January 22, 2011

Los perros y el despliegue de armas en público




Los perros y el despliegue de armas en público
por el Lcdo. Oscar Acarón


Es indubitado el hecho de que padecemos de un desenfoque social generalizado y que de ese desenfoque social, lamentablemente, nadie puede alegar que no lo padece. El síndrome maligno nos arropa de norte a sur y de este a oeste. Los síntomas de ese desenfoque social han invadido, desde las mentes menoscabadas de los oligofrénicos, hasta las mentes que esperamos, que por su nivel de educación fuesen resistentes al mismo. Estamos tan desenfocados que hemos llegado al punto de glorificar la conducta antisocial arrogante, que representa una afrenta a la vida y seguridad del sector social que lucha por una vida mejor, que pretende para sí un mayor bienestar. No tengo dudas de que cuando una sabandija social se apodera de un sector comunitario para repartir sus letales productos alucinógenos, su temeridad es tal, que no temen hacer en público, igualito que hacen los perros. La diferencia está en cómo lo hacen. Los perros marcan su territorio con feromonas, orinando cada esquina, para dar publicidad de que esto es mío. La sabandija antisocial lo hace desplegando armas en público, en proclama de que este punto es mío, que yo lo controlo, que aquí yo mando y te va la vida en llevarme la contraria. Lo peor del asunto está en el hecho de que su conducta se extiende como las raíces de la yerba mala, que siempre se las ingenia para alcanzar la yerba buena. Si fuese un asunto de que la yerba mala solo afecta otras yerbas malas, pues menos mal. Pero no es así como nos va. Esa conducta antisocial letal alcanza las vidas del sector social que pretende una vida mejor y se las lleva. Es entonces que dentro de la ecuación llegan los otros desenfocados; el gobierno. A la verdad que no puedo precisar desde cuando el gobierno se tornó fresita, pero algo tuvo que ver la revolución hippie en el asunto, por lo que prejuiciadamente voy a decir que este asunto del desenfoque gubernamental comenzó para 1968, más o menos. Los gobiernos, en vez de evolucionar en su proyección y pensamiento, lo que han hecho es degenerar y las soluciones que proponen siempre están basadas en tendencias que debilitan cada vez más a la yerba buena, teniendo como consecuencia de que mas avanza la yerba mala. No sé por que rayos, siempre la solución está en quitarnos derechos, en vez de atacar a la yerba mala, estratégicamente, inteligentemente, hasta acabar con ella. Pero es que para el gobierno esto no puede ser. Es un riesgo (será para el gobierno,¿que aparentemente teme a los buenos?) que digamos que tenemos derecho a defendernos. Tenemos que esperar pasivamente la muerte, “ante un bienestar mayor”. ¿Por qué rayos, de una vez y por todas, no les quitamos el negocito a estos mercaderes de la muerte? Vamos a descriminalizar de una vez la droga y ya veremos que la criminalidad se cae de bruces una vez que se les acabe la fuente de dinero para seguir fastidiando a la humanidad. De lo contrario, los perros que están marcando sus puntos, se nos van a orinar en la cara… allá tu si quieres que te meen.

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