TODAVIA ESTAMOS A TIEMPO
PR Armed Citizen
Patrick Henry, Why should Congress control our
arms? The people can be trusted more than Congress!
BY STEVE STRAUB ON JULY 14, 2012
Are we at last brought to such humiliating and
debasing degradation that we cannot be trusted with arms for our defense?
Where is the difference between having our arms in
possession and under our direction, and having them under the management of
Congress?
If our defense be the real object of having those
arms, in whose hands can they be trusted with more propriety, or equal safety
to us, as in our own hands?”
– Patrick Henry, in Debates in the Several State
Conventions on the Adoption of the Federal Constitution, Jonathan Elliot, ed.
1836, vol. 3 p. 168
Steve Straub, manejador de la página The Federalist
Papers (http://www.thefederalistpapers.org) ha traído ante la consideración de
los ciudadanos americanos esa colección de artículos redactados por los Padres
Fundadores en El Federalista.
Posiblemente el propio título le resulte familiar al ciudadano americano
común, sin embargo, hasta la fecha en la que Steve inauguró la página con el mismo
nombre, posiblemente pocos habían leído aunque fuera un extracto de alguno de
los ensayos. ¿Cuál es la importancia del
trabajo de Steve Straub con TheFederalistPapers.org? Con esta misión noble ha
devuelto a los ciudadanos americanos el mismo pensamiento que llevó a los
fundadores a transformar el mundo mediante la concepción de la nación mas
poderosa de la Tierra. Evidentemente ese
pensamiento es aún hoy tan pertinente como lo fué a finales del siglo XVIII
para los ciudadanos que hoy viven bajo la cobija de la Constitución. Los fundamentos, evidentemente hay que
rescatarlos y hacerlos presentes nuevamente en la vida de la América del Siglo
XXI.
Patrick Henry, promotor de la Revolución Americana
y gobernador en dos ocasiones de la Virginia post revolución, era un anti
federalista, que supo presentar oposición férrea a que existiera una
constitución basado en que la misma amenazaba lo mismo los "derechos del
estado" así como las libertades de los ciudadanos, lo que lo convirtió
entonces en un promotor importante que consiguió apoyo para la creación de la
Carta de Derechos y su posterior aprobación.
En uno de sus debates durante el proceso que llevó a la final adopción
de la Constitución, Henry asertivamente reflexionó acerca del derecho del
ciudadano americano a tener y portar armas y lo llevó a su extremo con tres
preguntas fundamentales:
¿Hemos sido
arrastrados a tal humillante y degradante situación que no somos confiables al
momento de tener y portar armas para nuestra defensa personal?
¿Cuál es la
diferencia entre tener armas en nuestra posesión, bajo nuestro manejo y el tenerlas bajo el
control del Congreso?
Si nuestra
defensa es el real objetivo de poseer armas, ¿en qué manos pueden ser confiadas
con mayor prudencia y seguridad para
nosotros mismos, que no sea en nuestras propias manos?
Henry, junto a otros aportaron a que en la
Constitución aparezca la Segunda Enmienda y cuya trascendencia ha permitido que
la nación ostente la hegemonía. Esta
verdad es entonces meritoria que sea promulgada por diversos medios como
TheFederalistPapers.com y requiere gente proactiva que no descanse bajo el
sello de la National Rifle Association, The National Association for Gun
Rights, Buckeye Firearms Association y otros grupos menores activistas pro del
derecho del ciudadano a tener y portar armas.
El derecho del ser humano a defenderse legítimamente mediante el uso de
armas es tan antiguo como el origen mismo del hombre, sin embargo, muchos han
descansado en el activismo de unos pocos que hoy están agotados, porque han
llevado la lucha solos y con sus propios recursos. Son pocas las manos amigas que se han
extendido para aportar y hoy, a treinta días de las elecciones vemos que mas
pudo la mediocre y maldita estrategia gestada por un asesor de oficina que la
razón, la verdad y el derecho, todo por estarlo viendo todo a través de la lupa
de lo "políticamente correcto".
En Puerto Rico, tal como ha expresado en varias
ocasiones el Lcdo. Oscar Acarón, los tres poderes, ejecutivo, legislativo y
judicial mantienen secuestrado el derecho del ciudadano americano a tener y
portar armas, que por conducto primero de la Carta de Derechos de la
Constitución de los Estados Unidos de América (la que juraron defender antes de
ocupar sus puestos) y posteriormente por la Corte Suprema, en dos
trascendentales decisiones, Heller vs. District of Columbia (2008) y McDonald
vs. City of Chicago (2010) ha sido nuevamente ratificado como un derecho que le
pertenece al ciudadano en su carácter personal e individual. Sin embargo,
pareciera que el pueblo al que le conviene que le sea garantizado el derecho
retoza en un letargo y son pocos los que se unen a la lucha para exigirle a los
políticos que inescrupulosamente visitan los hogares de los ciudadanos a los
que les han negado la justicia que está establecida se le haga a través del
sagrado documento bicentenario.
A un mes de los próximos comicios electorales,
pienso que algunos sectores de la lucha en favor de que el gobierno le provea a
sus ciudadanos de un proyecto acorde con el derecho constitucional, han
claudicado. Solo quedan unos pocos perseverantes
en la lucha activa. Me temo que a
escasamente un mes de las elecciones, muchos de nuestros hermanos en armas no han descubierto el poder
del voto que tienen en sus manos para exigir acción de parte de un gobierno que
tiene como obligación irrenunciable responderle al pueblo que los eligió y a
aquellos que aún disienten de sus postulados.
Sin embargo, la esperanza es lo último que se
pierde. Todavía estamos a tiempo para hacerle saber desde los cuatro puntos
cardinales de esta bendita isla que visita el gobernador que exigimos
compromiso y acción, porque a eso está llamado luego de haber prestado
juramento en enero de 2009. La
oportunidad la tenemos en nuestras manos:
¿la dejaremos escapar inexorablemente?
Nota: La imagen utilizada fué publicada por Dead Cold Hands @ Facebook.com de la fuente politifake.org...
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