por Víctor González García
ARMERIA TRIPLE A
Viniendo de uno que no estudio política, quizás esto de algo de luz a los problemas que vivimos en la Isla del Espanto. Si, dije espanto, porque el encanto se nos fue por la ventana hace rato. Un país donde el crimen es rampante, donde la agencia designada para velar por la Ley y el Orden solo nos dice que la incidencia criminal está bajando, ¡y nos muestran estadísticas para probarlo! Pero ya son pocos los que se atreven salir a la calle por el miedo constante en que nos encontramos.
Una Isla donde secuestran a una mujer en pleno tapón de la Avenida Roosevelt para luego de dejarla a pie. Se llevaron sus documentos, cartera y una Dodge Caravan. ¿Quién dijo que una mini van era un auto para pasar desapercibido por los ladrones?
Una isla donde intentan asaltar a un policía con un arma de juguete. En este caso, el ladrón llevó la peor parte, pues el policía le dio muerte al defenderse. En el forcejeo no se percató sobre la estupidez del malhechor y simplemente luchaba por su vida.
Una isla donde la pena de muerte está establecida por los criminales para los criminales y cualquier inocente que tenga la mala dicha de estar en el sitio equivocado al estos escorias de la vida dictar su sentencia y llevar a cabo la ejecución.
Una isla donde los derechos constitucionales de los ciudadanos pasan al plano de privilegios, porque así lo determina un funcionario mediocre, que olvida que es empleado de los contribuyentes. Estos mismos son los que cacarean cuando quieren mejores salarios y condiciones de empleo a costa del bolsillo de los contribuyentes.
Una isla donde una persona que teme por su vida tiene que pasar por el proceso bochornosos de ir a un Tribunal a muy respetuosamente solicitar se le conceda un permiso para portar un arma de fuego.
¿Y porque bochornoso? Porque hay que ir al Tribunal a decir que uno es un cobarde. Que hay que decir ante todos los que allí se encuentren y tener que exponer que se siente con miedo, con preocupación y con un temor indescriptible ante la situación real que se vive en la Isla del Espanto.
¿Y porque bochornoso? Porque un fiscal de esos que pululan por ahí (tengo que admitir que hay otros fiscales que si conocen el derecho y evitan el bochorno al peticionario) que su única misión en la vida es llevar casos criminales mediante pre acuerdos, pero cuando un ciudadano se somete al proceso para poder solicitar el permiso de portación, esto solo buscan la forma de negarle ese derecho.
Esto nos trae a la democracia de Puerto Rico. Nuestra Constitución, lamentablemente, nos define como una democracia. Recuerdo cuando estudiaba en escuela superior, el énfasis que se nos hacia sobre la democracia, el valor del proceso democrático y la fuerza del voto democrático. Vivíamos bajo el espectro de la Guerra Fría. Cuba había caído ante el comunismo y la cortina de hierro traía imágenes de gobiernos totalitarios. Por eso el énfasis en la democracia, donde la voluntad del pueblo se debía respetar y no donde unos pocos dirigirían los destinos del país. Así pues, la democracia no es tan mala.
Pero resulta que no todo es miel sobre hojuelas. Vemos como se abusa del sistema democrático al pasar sobre leyes que en realidad existen para la sana convivencia de los ciudadanos.
En la Republica, que bien puede ser democrática, las leyes se respetan y con estas, los derechos de los ciudadanos. Republica, del griego Res-cosa, publica-publica; la cosa pública, la Ley. En la Republica se respeta entonces la Ley y por ende los derechos, cosa que en Puerto Rico vemos como se obvian. Tenemos hasta un Senador convicto ocupando una silla y nadie hace nada. Yo no vivo en Carolina, por lo que no tengo “standing” para pedir su remoción. Pero en el Senado lo que no hay es espalda, para no ser vulgar, y sacar al ofensor del Cuerpo. El derecho a Tener y Portar Armas es uno de carácter fundamental, sin embargo en la democracia de Puerto Rico, los burócratas elitistas insisten, como el croar de los sapos, que es un privilegio.
Privilegio, así es fácil, cuando se tiene el poder del estado y la protección del mismo a cuenta de su posición. Se olvidan estos “servidores” públicos que ellos están ahí porque quieren y no porque nadie los obligó; y en el caso de los electos, porque ellos mismos se pusieron a la disposición de servir. Entonces, para ellos si es un derecho el tener los medios para defenderse ¿y el pueblo?, bien gracias.
Puerto Rico, la que el gran Gautier llamó la Perla de los Mares, si mi lejano pariente estuviese vivo concurriría conmigo en que es la Isla del Espanto.
Excelente, Víctor. Añadirle a tan asertivas palabras sería un crímen.
PR Armed Citizen
®DERECHOS RESERVADOS
0 comments:
Post a Comment