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PRArmedCitizen

La propuesta Bathia no resuelve nada...
Víctor González García
Mucho  se habla en estos días sobre numerar las balas. Los que me conocen,  saben que mi negocio precisamente es la venta de armas y municiones y  que soy fiel defensor de la Constitución, en particular de la Segunda  Enmienda.
Resulta que el Senador Eduardo Bathia presentó un  proyecto a los efectos de registrar las municiones para de esta forma  poder fijar responsabilidades. Aunque parece buena la idea, la realidad es que es un invento de dos personas que lo que buscan es hacerse extremadamente ricos.
 A manera de ejemplo, primero no hay garantía que cuando usted compre  una caja de balas, los numeros asignados por la caja en verdad sean los  que contienen los proyectiles en su base. No se ven, así que ni tan siquiera usted lo  puede cotejar. Segundo, en el caso que el proyectil no se recupere, o  como en otras ocasiones, el riesgo de sacarlo de la víctima es tal que  no se saca,  ¿de qué sirvió el invento?  Amén de ser algo que ningún  fabricante ha mostrado interés por el alto costo que representaría. De  hecho, ante esta negativa de los fabricantes de municiones, los  inventores de la tecnología han contratado cabilderos que promuevan su  invento, a ver si recuperan lo invertido y sacan la caja del rojo...
Puerto Rico tiene una tasa de crimen de 30 por cada 100 mil habitantes.  Esto nos hace la jurisdicción mas peligrosa de los Estados Unidos.  Los  números de la Policía indican que en Puerto Rico se consumen poco mas de 5  millones de balas, lo que se traduce en 1.4 balas por cada ciudadano en  la isla. En Estados Unidos se consumen 21 BILLONES de balas y si lo  dividimos entre los 350 millones de habitantes nos da cerca de 167 balas  por cada uno.
Se que alguien dirá: ¿y qué tiene eso que ver con el  crímen?  ¡Mucho!  El problema no radica en la cantidad de balas pues en Estados Unidos el margen es ampliamente mayor y  la accesibilidad  a las mismas es mucho mayor  que en Puerto Rico.
El problema es la forma que nuestra sociedad se ha ido por la tangente  de la apatía. El asunto no es un problema de balas, ni drogas, ni armas. Es un  problema en el que nadie se responsabiliza y nadie copera con las autoridades.  Es un problema de educación, cuando los padres no les importa como van  sus hijos académicamente en la escuela e incluso llegan al extremo de querer amedentrar a los maestros si estos le regañan "al  nene". Esto va mas allá y es un problema cuando el sistema judicial parece una puerta  giratoria. Tarda mas el Policía en preparar el caso que a veces el  fiscal o el juez en devolver al criminal a la calle.
Nos toca a  todos dar el frente y no retirarnos ante los criminales. ¿Acaso no saben  ustedes que somos mas que ellos? Ofrezcamos la mano amiga, el consejo  sabio y el oído presto a quien podamos ayudar, pero de igual forma, sea nuestra voluntad férrea para lograr un mejor Puerto Rico.
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