PR Armed Citizen
Recio de espíritu y de corazón noble, movido por la presencia del Señor Jesucristo en lo mas íntimo de su alma, así percibí a este caballero cuando lo conocí por primera vez ayer.
Rememorábamos cada quien, a la sombra del sabor de una taza de café aquellos terribles momentos en los cuales Jehovah de los Ejércitos sostenía a Wanda con Su Brazo Fuerte mientras combatía al maldito delincuente con una de las hijas de Gaston calibre .357 Sig en sus manos. El malo la había escogido al azar para quitarle su vida y sus pertenencias, pero solo el Altísimo sabía Su Propósito Eterno para con ella. Todo un pueblo se aferró de la radio, televisión y prensa escrita, en un solo sentimiento de solidaridad y apoyando sin saber la misma petición que le hacía la estilista al Señor para que la dejara con vida. Mientras escuchaba la historia, el de recio espíritu dejaba soltar una que otra lágrima y su corazón se compungía nuevamente mientras revivía la pesadilla del evento y los sucesos subsiguientes.
La historia del paso de Wanda por el valle de las sombras de la muerte concluyo que no fué casualidad: fué parte del Plan Eterno de Dios para cumplir en ella, su esposo y su familia, así como con el pueblo de Puerto Rico, sus propósitos. Ya años antes había estado preparando al Cayado del Pastor, quien dedicó treinta años de servicio abnegado en la Policía de Puerto Rico. Trabajó directamente con casos de abusadores de mujeres y ciertamente la experiencia le enseñó que nuestra mujer se ha mantenido en un injusto estado de indefensión que requería se hiciese algo para enseñarla, capacitarla y adiestrarla para que no fuera víctima del criminal. Entonces, como cabeza de su amado hogar, cual cayado que usa el pastor para infundirle aliento a los suyos, se dió a la tarea de empezar a enseñarle a su esposa el arte de la defensa propia mediante el uso responsable y legal de armas de fuego.
Una semana antes del ataque del criminal a Wanda, Don José había estado reflexionando con ella acerca del lapso de tiempo de reacción ante una eventualidad de esa magnitud. Jamás imaginaría que le tocaría vivir una de las pruebas mas duras de su caminar por la vida. El día menos pensado llegó para quedarse plasmado en su memoria como evidencia de que fué el Santo Señor Jesucristo quien le preparó como su instrumento, su cayado, para que no tan solo la adiestrara para el combate, sino para también infundirle aliento y fuerzas ante una herida de bala calibre .45 del cual muchos han sentido su poder de impacto pero no tantos han sobrevivido para contarlo. Y así las cosas, sostenido por la Santa Gracia de Dios y Su Eterna Misericordia, el Cayado del Pastor cumplió el deber que le fué puesto en sus manos como parte del Plan del Altísimo para con ella y todo un pueblo que puso su vista en Wanda y que vió de primera mano que en este pueblo hay un Dios que sostiene a sus hijos, los guarda y los protege de todo mal, según Sus Eternos Designios, en los cuales el hombre no tiene ni parte ni poder para decidir cómo y cuándo han de ser cumplidos y perfeccionados a la saciedad.
Interesantemente, poco se comenta del cayado que el Señor preparó para ser apoyo de Wanda en tal vez el momento mas oscuro de su vida. Hoy que en los medios radiales y televisivos se defiende la Segunda Enmienda y que establece que el derecho constitucional a tener y portar armas no le será restringido al pueblo, Don José siempre está detrás de la cámara y fuera del alcance de los micrófonos. Sin embargo, eso jamás desmerece la misión que el mismo Señor le ha puesto en sus manos y que muy seguramente, le ha dejado en lo mas profundo del corazón estas palabras: "José, cuida a la niña de mis ojos... y prepárala para la guerra."
Gran bendición acompaña a José Robles hasta la eternidad: el saber que fué escogido por el mismo Señor para servir de cayado en sus Santas Manos y ser pieza clave para que el maligno fuese derrotado aquel 13 de mayo de 2011, a las 7:38 pm...
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