PR Armed Citizen
La mujer ha tenido que enfrentarse en una batalla desigual ante sociedades tan distantes en el tiempo que de algunas de estas sólo quedan huellas talladas en piedra: ha sido discriminada, segregada, abusada, agredida y asesinada en diversos escenarios cuyas imágenes han quedado perpetuadas en la historia de la humanidad. El prejuicio con respecto a las capacidades de la mujer a entrar en competencia de igual a igual en la sociedad ha estado presente en algunos sectores de la sociedad, pero siempre hay mujeres que han decidido a echar los prejuicios a un lado y se han dado a la tarea de enfrentar el discrimen.
Relatos en nuestra historia contemporánea evidencian que esta dura realidad se ha repetido simultáneamente miles de veces, tan recientes como que en el mismo lapso de tiempo en el que mujeres, como la Primera Dama de los Derechos Civiles, Rosa Louise McCauley Parks (4 feb 1913 - 24 oct 2005) enfrentaba por primera vez el espectro de la segregación racial y se negaba a claudicar frente al mismo el 1ro de diciembre de 1955, la mujer puertorriqueña incursionaba en áreas que le estuvieron vedadas tradicionalmente.
El espectro de la desigualdad sigue presente en algunos sectores de nuestra sociedad y al igual que en tiempos tan antiguos como los días del encuentro entre europeos y los aborígenes de Borikén, mujeres dan un paso al frente como lo hicieron alguna vez Luisa en Puerto Rico y Anacaona en La Española.
Hoy Puerto Rico se encuentra en un momento histórico para nuestra gente y cuyas repercusiones habrán de tener su impacto en las generaciones que están por venir. Hoy se libra una de las grandes batallas para exterminar uno de los grandes prejuicios que han sido instituídos entre nuestra gente como algo bueno y aceptable: los ciudadanos americanos residentes en Puerto Rico NO están de igual a igual en relación con los conciudadanos que viven en los Estados Unidos de América a pesar de que estamos cobijados bajo la misma Carta de Derechos y la misma Constitución. Parte de este hecho que algunos niegan y despachan de manera simplista como que es una cuestión de percepción, lo causa el grave defecto que resulta ser el maldito status colonial al que se ha tenido sometido a este pueblo por sesenta años. El defecto también lo es el aval que le dan muchos a esta filosofía, tomada por buena y perpetuada en el pensamiento de los colonizados por aquellos cuyo lucro proviene de la inclusión de esta idea como parte del razonamiento de sus seguidores. Para estos líderes inescrupulosos, la complejidad de lo que promulgan ha sido un arma que han esgrimido para mantener a sus seguidores en la ignorancia y para ocultar la inefectividad del status colonial que pretenden perpetuar y que es la raíz de muchos males que aquejan esta bendita isla.
Como expresé anteriormente, hoy nos agobia el argumento de que el ciudadano americano decente y honesto residente en Puerto Rico no se encuentra en la madurez que tienen los que se encuentran residiendo en la nación que le permita a las ramas legislativa y ejecutiva apoyar abierta y contundentemente el Proyecto del Senado 2466. ¿Alguien podrá asimilar tal razonamiento? ¿Podrá el ciudadano común y corriente que es blanco de la campaña mediática para esparcir el germen del maldito privilegio darle un alto y ponerle fin a la tiranía a la que le someten los promotores del pensamiento del colonizado? Esta filosofía es la misma que ha entenebrecido el entendimiento de quienes a sí mismos se consideran privilegiados. Ante la posibilidad de tener vía libre para garantizarle el derecho constitucional al ciudadano a tener y portar armas, ha llevado a dos o tres a un estado de sicosis autoinducida, por conducto del terror a perder sus malditos privilegios.
Pero, ¿cuán crucial es la lucha activa de la mujer puertorriqueña en lo que nos concierne hoy que es la defensa de la Segunda Enmienda a la Constitución de E.E.U.U. mediante el apoyo y la campaña activa en apoyo al Proyecto del Senado 2466? Luego de dos años de lucha en estos medios me he dado cuenta que entre los que estuvieron antes que nosotros, la mujer jugó un rol fundamental para que hoy estemos ante el umbral de una nueva visión con respecto al derecho a tener y portar armas que nos corresponde y nos pertenece en nuestro carácter individual y que no tan solo es justo, sino que así lo determina el sagrado documento.
Hoy la mujer puertorriqueña es la solución ganadora ante el reto que nos proponen las circunstancias y dentro de la estrategia, cual dama en un tablero de ajedrez espera por el momento para dar el jaque mate.
Dedicado a la Sra. Sandra Rincón de Barreras, mujer que estuvo en la lucha desde mucho antes que las que hoy leen este escrito. A ella, quien le abrió las puertas en muchos aspectos a la mujer puertorriqueña, vaya mi reconocimiento, respeto y agradecimiento en nombre de mi amada esposa, mi amada hija y todas las generaciones de mujeres que están por venir...
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