MENSAJE DE DARRELL SCOTT AL CONGRESO
Padre de Rachel Scott, víctima de la masacre de Columbine High School, Jefferson County, Colorado, 1991
En este mismo instante, en un cementerio en el sur de
Denver, el Chapel Hill Cemetary, hay trece cruces erigidas que creo son bien
conocidas a lo largo del país, como monumento conmemorativo a la cabecera de la
tumba de mi hija. Mi corazón realmente
anhela estar con mis hijos, Bethany y su esposo Don, Dana, Craig y Mike, pero
es con su bendición que estoy aquí hoy y se los agradezco.
Me doy cuenta de que soy un simple peón en las audiencias de
hoy, pero yo soy uno con voluntad propia, porque creo que yo puedo hacer la
diferencia. De vez en cuando, un peón se ha utilizado para darle jaque mate a
un rey. No tengo ninguna agenda oculta no tengo aspiraciones políticas ninguna.
Yo simplemente hablo como un padre cuyo corazón está quebrantado por la
tristeza y sólo pido que permitan que su corazón me escuche durante los
próximos minutos que destino para deponer ante ustedes.
Desde los albores de la creación, siempre ha existido tanto
el bien y como el mal en los corazones lo mismo de hombres y mujeres: todos alojamos en nuestros corazones unas
semillas y otras. Albergamos semillas de
bondad y semillas de violencia. La
muerte de mi maravillosa hija, Rachel Joyce Scott y las muertes de ese maestro
heroico y los otros 11 niños que murieron, no debe ser en vano. Su sangre clama
por respuestas.
El primer acto de violencia registrado en la Santa Biblia
fue cuando Caín mató a su hermano Abel en el campo. El criminal no fue el
objeto contundente que fue utilizado, ni tampoco lo fue la Asociación Nacional
de Clubes (NCA): el verdadero asesino
fue Caín y el motivo de su acto criminal sólo Residió en su propio e individual
corazón. En los días que prosiguieron a la tragedia de Columbine,
me sorprendió la rapidez con la cual los dedos comenzaron a señalar a grupos
como la Asociación Nacional del Rifle (NRA).
Yo no soy miembro de la NRA, no soy cazador, ni siquiera poseo armas, no
estoy en representación o defensa de la NRA, porque ni creo que son
responsables de la muerte de mi hija ni creo que tengan que ser defendidos por
mí. Si creyera que son responsables del
asesinato de Rachel, sería su más fuerte rival.
Estoy aquí hoy para declarar que Columbine no fue sólo una tragedia: fue un acontecimiento espiritual que debe
obligarnos a enfocarnos en quien realmente tiene la culpa. Gran parte de los
culpables están aquí en este recinto:
gran parte de esa culpa está detrás de los dedos apuntando de los
propios acusadores.
Escribí un poema apenas cuatro noches atrás que mejor
expresa mis sentimientos. Fue escrito
antes de que supiera que iba a hablar hoy aquí y me gustaría leerlo:
Sus leyes ignoran nuestras necesidades más profundas.
Sus palabras son
vanas y vacías.
Nos han despojado de nuestro patrimonio.
Han prohibido la oración simple.
Ahora disparos llenan nuestras aulas y mueren niños
preciosos.
Buscan respuestas en todas partes y se preguntan el por qué.
Redactan y aprueban leyes restrictivas mediante credo
legislativo.
Y sin embargo no pueden entender ustedes que a quien
necesitamos es a Dios.
Los hombres y las mujeres son seres compuestos de tres
partes fundamentales: cuerpo, alma, y espíritu. Creo que no somos capaces de reconocer el
tercer elemento que realmente tiene que ser aceptado por los órganos
legislativos de este país y que ha sido ignorado durante tanto tiempo. La influencia espiritual ha estado presente
en nuestros sistemas educativos durante la mayor parte de la historia de
nuestra nación. Muchos de nuestros
principales colegios comenzaron como seminarios teológicos, y sabemos que esto
es un hecho histórico. ¿Qué nos ha pasado como nación? Hemos rehusado honrar a
Dios y al hacerlo le hemos abierto las puertas al odio y la violencia. Cuando
algo tan terrible como la tragedia Columbine ocurre, los políticos
inmediatamente buscar un chivo expiatorio como la NRA. Inmediatamente buscan
aprobar leyes más restrictivas que continúan erosionando nuestras libertades
personales y privadas.
No necesitamos leyes más restrictivas. Erik y Dylan no hubiesen sido detenidos por
leyes de armas más restrictivas o detectores de metal. Ningun exceso de leyes
puede detener a alguien que ha pasado meses planificando este tipo de masacre.
El verdadero malvado se encuentra dentro de nuestros propios corazones. La
teatralidad política y la legislación restrictiva no son las respuestas. Los
jóvenes de nuestra nación son la clave y hay un despertar espiritual que está
teniendo lugar que no puede ser sofocado. No necesitamos más religión, no
necesitamos evangelistas de televisión más llamativos arrojando basura verbal
religiosa, no necesitamos más iglesias millonarias construidas mientras que las
necesidades básicas de las personas son ignoradas. Necesitamos un cambio de
corazón y un humilde reconocimiento de que esta nación fue fundada sobre el
principio de la simple confianza en Dios.
Cuando mi hijo Craig, que estaba escondido bajo una mesa en
la biblioteca de la escuela, vio a sus dos amigos asesinados ante sus propios
ojos, no dudó a orar en la escuela y yo desafío a cualquier ley o político que
le niegue ese derecho. Yo reto a todos los jóvenes en Estados Unidos y
alrededor del mundo para darse cuenta de que el 20 de abril de 1999, en la
escuela secundaria Columbine, la oración fue traída de vuelta a nuestras
escuelas. No dejen que las muchas oraciones elevadas por esos estudiantes sean
en vano. Atrévanse a iniciar el nuevo milenio con una indiferencia sagrada
hacia una legislación que viole su conciencia y le niege su derecho, dado por
Dios para comunicarse con Él através de la oración.
Para aquellos de ustedes que culpan a la NRA de esta
tragedia, les extiendo una exhortación sincera sincero: atrévanse a examinar su
propio corazón antes de lanzar la primera piedra. La muerte de mi hija no será en vano: los
jóvenes de este país no va a permitir que eso suceda. Recuerden que incluso en
un peón en manos del Maestro pueden lograr mucho.
®DERECHOS RESERVADOS
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