POR ING. GUILLERMO M. LLUCH IRIZARRY
Me refiero al artículo publicado ayer 6 de abril de 2011, por Raúl Colón del "Daily Sun". No puedo quedarme en el estado de asombro que me produjo ese artículo por lo vicioso de sus ataques a una familia honorable y decente que ha dedicado sus vidas a defender el deporte del tiro y nuestros derechos fundamentales. Don José y Doña Sandra Barreras son y han sido nuestros defensores por mas de cuarenta años de los intentos del gobierno de desarmarnos y acabar con nuestro deporte y nuestro estilo de vida americano; siempre defendiendo lo que nuestros padres fundadores de nuestra Nación escribieron con sangre para evitar la tiranía y en beneficio de todas las generaciones futuras.
Nuestros senderos se unieron el 1ro. de abril de 1999, cuando comparecimos a la Legislatura para oponernos al P. de la C. 2636, en una Vísta Pública presidida por el Lcdo. Augusto Sánchez, que presidía en aquel momento la Comisión de lo Jurídico Penal de la Cámara, y pretendía destruir nuestro deporte para supuestamente controlar la actividad criminal, violandole los derechos constitucionales fundamentales a los deportístas y a los ciudadanos decentes. Desde ese hito histórico en adelante, hemos unido nuestras defensas para los derechos fundamentales conjuntamente con el Lcdo. Oscar Acarón Montalvo y el Sr. Víctor González García, y rogamos al Todopoderoso nos de salud para seguir batallando.
Nuevamente los ataques se concentran en quitarnos nuestro derecho a las armas, para alegadamente controlar la actividad criminal rampante. Reiteramos hoy nuestro rechazo a esas pretensiones que admiten el fracaso de una política pública que no ha resuelto el serio deterioro de nuestra calidad de vida. La raíz de la criminalidad hay que buscarla en el abandono del trabajo social, la salud mental y el deterioro de las instituciones del gobierno. Nosotros los deportístas no somos responsables de eso y no podemos permitir que con mentiras y estadísticas falsas se nos culpe por individuos que se escudan en el supremo derecho de expresión, llámense periodístas o poliqueros de ocasión.
En los años cuarenta y gracias a los fondos federales otorgados por el Congreso del "Housing Act" de 1937, se hizo una obra gigante, se sacó a la gente del arrabal y se llevó al Caserío, pero no se le sacó el arrabal del corazón por el abandono del trabajo social. Ante el abandono de las instituciones de gobierno, surge "El Punto" como fuente de empleo y de allí en adelante la historia es conocida por todos; menos la Presa amarillísta que nos culpa por lo que ellos han ocultado por sus mentalidades insularístas y coloniales.
Para Don José y Doña Sandra Barreras mis respetos y eterno agradecimiento por defendernos. Hay que exigirle al "Daily Sun" que publiquen en igualdad de condiciones la excelente expresión de respuesta al viciado artículo publicado por ellos.
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