DEMASIADO CUIDADO.
Lcdo. Oscar Acarón
The National Right-to-Carry Reciprocity Bill http://www.nraila.org/ |
H.R. 822, introduced in the U.S. House by Representatives Cliff Stearns (R-Fla.) and Heath Shuler (D-N.C.), would allow any person with a valid state-issued concealed firearm permit to carry a concealed firearm in any state that issues concealed firearm permits, or that does not prohibit the carrying of concealed firearms for lawful purposes. A state's laws governing where concealed firearms may be carried would apply within its borders. The bill applies to D.C., Puerto Rico and U.S. territories. It would not create a federal licensing system; rather, it would require the states to recognize each others' carry permits, just as they recognize drivers' licenses and carry permits held by armored car guards. Rep. Stearns has introduced such legislation since 1995. • H.R. 822 recognizes the significant impact of the landmark cases, District of Columbia v. Heller (2008) and McDonald v. City of Chicago (2010), which found that the Second Amendment protects a fundamental, individual right to keep and bear arms and that the protections of the Second Amendment extend to infringements under state law. • Today, 48 states have laws permitting concealed carry, in some circumstances. Forty states, accounting for two-thirds of the U.S. population, have right-to-carry laws. Thirty-six of those have "shall issue" permit laws (including Alaska and Arizona, which also allow carrying without a permit), two have fairly administered "discretionary issue" permit laws, and Vermont (along with Alaska and Arizona) allows carrying without a permit. (Eight states have restrictive discretionary issue laws.) • Citizens with carry permits are more law-abiding than the general public. Only 0.01% of nearly 1.2 million permits issued by Florida have been revoked because of firearm crimes by permit holders. Similarly low percentages of permits have been revoked in Texas, Virginia, and other right-to-carry states that keep such statistics. Right-to-carry is widely supported by law enforcement officials and groups. • States with right-to-carry laws have lower violent crime rates. On average, right-to-carry states have 22 percent lower total violent crime rates, 30 percent lower murder rates, 46 percent lower robbery rates, and 12 percent lower aggravated assault rates, compared to the rest of the country. The seven states with the lowest violent crime rates are right-to-carry states. (Data: FBI.) • Crime declines in states with right-to-carry laws. Since adopting right-to-carry in 1987, Florida's total violent crime and murder rates have dropped 32 percent and 58 percent, respectively. Texas' violent crime and murder rates have dropped 20 percent and 31 percent, respectively, since enactment of its 1996 right-to-carry law. (Data: FBI.) • The right of self-defense is fundamental, and has been recognized in law for centuries. The Declaration of Independence asserts that "life" is among the unalienable rights of all people. The Second Amendment guarantees the right of the people to keep and bear arms for "security." • The laws of all states and the constitutions of most states recognize the right to use force in self-defense. The Supreme Court has stated that a person "may repel force by force" in self-defense, and is "entitled to stand his ground and meet any attack made upon him with a deadly weapon, in such a way and with such force" as needed to prevent "great bodily injury or death." (Beard v. United States (1895)) • Congress affirmed the right to own guns for "protective purposes" in the Gun Control Act (1968) and Firearm Owners' Protection Act (1986). In 1982, the Senate Judiciary Committee Subcommittee on the Constitution described the right to arms as "a right of the individual citizen to privately possess and carry in a peaceful manner firearms and similar arms." Posted by: National Rifle Association - Institute for Legislative Action http://www.nraila.org/®DERECHOS RESERVADOS |
El Estado de Texas se encamina a aprobar un proyecto de ley que le permitiría a los estudiantes y profesores portar armas de fuego en los recintos universitarios. Este acto valiente y heroico, que es exactamente como tiene que obrar, de la Legislatura Estatal de Texas me lleva entonces a reflexionar con respecto a estos asuntos.
Viene a mi memoria un evento reciente en el cual Seung Hui Cho, en un frenesí asesino le quitó la vida a 32 personas en el Instituto Politécnico de Virginia (Virginia Tech) el 16 de abril de 2007. Ciertamente muchas de las personas que rodeaban a este inmigrante surcoreano tomaron en menos las señales que alertaban lo que podía suceder, desde incidentes en los que se le declaró enfermo mental hasta publicaciones que hizo en su página de internet en la que aparecía portando armas. Cuando reflexiono acerca de las víctimas, no me queda duda que este asesino, fuera de la cosideración de su insanidad mental, fué frío y calculador al escoger a ciudadanos decentes y honestos que se preparaban para ser productivos para la sociedad y que por razones del destino no estaban armados posiblemente para, entre otros, no violar la política de no armas en el campus y las leyes del estado. Evidentemente, también recuerdo el asesinato en masa en la Cafetería Luby’s en Texas (octubre 1991) y el remordimiento que lleva la ex legisladora Suzanna Gratia Hupp de tener a un minuto de distancia su arma en el carro, cuando los segundos fueron cruciales para vivir para contarlo. Por temor de no violar la ley, pues no existía una ley que autorizara la portación de armas ocultas, Suzanna (autora de "From Luby's to the Legislature: One Woman's Fight Against Gun Control") dejó el arma que portaba en su carro y el resto es historia: al igual que ella los ciudadanos no tuvieron la oportunidad de pelear de igual a igual para defender sus vidas.
En ambos casos y al igual que en otros (Columbine High School Massacre, 1999) la primera línea de contacto y blanco de los ataques fueron ciudadanos decentes desarmados y en ninguno de ellos hubo presente un agente de seguridad pública, estatal o federal, o en el mejor de los casos, privado, que pudiera enfrentar a los atacantes. ¿Qué evidencia esto? Llevamos años afirmando lo mismo por años y años en Puerto Rico: las agencias de seguridad pública, sea la Policía Municipal, la Policía de Puerto Rico, el Federal Bureau of Investigation, Department of Homeland Security o póngale cualquier otro nombre que aunque así quisiesen hacer, tal como rezan sus respectivas misiones, no pueden garantizarle la seguridad al ciudadano decente y honesto en cuyo diario vivir se desplaza entre calles atestadas de criminales avalados por políticos inescrupulosos y jueces lenientes que no encuentran causa con alarmante frecuencia.
¿Dónde están las fallas y en manos de quién están las soluciones? La defensa del derecho a tener y portar armas, garantizado por los padres fundadores en la 2da. Enmienda, Carta de Derechos de los Estados Unidos es un asunto político. Digo defensa, pues un asunto es tal derecho que tenemos aún desde antes de la fundación de la nación y otro es lo que le permite el pueblo a pichones de tiranos cuando políticos inescrupulosos legislan contrario a la Constitución y se queda miserablemente como que aquí no ha pasado nada. A muchos sectores del pueblo les tiembla la mano a la hora de ejercer el derecho al sufragio. El desconocimiento, promovido ciertamente por agendas políticas muy bien planificadas y ejecutadas, hacen que nuestros electores boten el voto cada cuatro años y que los flamantes escorias de politiqueros le falten el respeto al pueblo una y otra vez, cada cuatro años.
La restricción a las armas es darle rienda suelta al pensamiento criminal (Andrés de Camino @facebook.com). ¿Pero dónde se incuba el germen de esta filosofía criminal y antiderechos que ha infectado las calles de la nación? Sin temor a equivocarme, creo que en la misma mente de aquellos que tienen agenda para beneficio propio a costa de un pueblo bueno y trabajador cuyo peor error es poner su confianza en los colores y no en aquellos cuya convicción es servirle bien bajo lo establecido en el sagrado documento.Hoy por hoy, lo mismo en la calle que en los recintos universitarios, la primera línea de combate que confronta a los enemigos del modo de vida establecido por nuestros padres y abuelos somos nosotros mismos. La visión de quien le sirve a quien en esta nación está corrupta: hoy vemos como es el pueblo quien es servidor del gobierno y no el gobierno al servicio de los intereses del pueblo. Pero está en manos del pueblo decidir si permite al vulgar delincuente y asesino tomarle desarmado y resignado, enfrentar la pérdida de la vida y la propiedad o la de un ser amado.
A nosotros, quienes estamos presente lo mismo en la calle, en las iglesias o en los centros educativos por asi mencionarlo corresponde hacerle la advertencia a aquellos que tengan pensamientos de corte tiránico antiderechos, de que en las altas esferas del gobierno y en los lucrativos y deseables escaños electivos legislativos solo tendrán asiento quienes defiendan y promuevan el enriquecimiento del derecho de carácter individual del pueblo a tener y portar armas.
A continuación, respuestas a comentarios vertidos sobre el caso de 2da. Enmienda:
Observando con cierto detenimiento las opiniones vertidas sobre el tema en cuestión me veo en la obligación de aclarar aspectos que me parecen son importantes. Veo en algunas de las exposiciones anteriores algún grado de desinformación y desenfoque. La corte suprema de USA es clara en el aspecto de que en la inclusión de un derecho, como derecho fundamental el análisis no se hace a base de estadísticas o elucubraciones de lo que pudiese ocurrir o no. Un ejemplo de ello es el caso de Roe v. Wade. El anterior caso es el que legaliza el derecho al aborto. Yo particularmente no estoy de acuerdo, desde mi punto de vista personal, con la solución del caso Roe v. Wade. Las consecuencias de la decisión eran anticipables; se iban a proliferar exponencialmente los abortos. Al día de hoy Roe v. Wade ha producido 53 millones de abortos, si, dije 53 millones y la cifra es correcta. Miranda v. Arizona todos los días provoca que miles de criminales retornen a la calle a delinquir porque la autoridad estatal no le leyó sus derechos al realizar un arresto. En Puerto Rico, todos los días los tribunales determinan que cientos de registros fueron realizados ilegalmente en violación de las protecciones sobre registros y allanamientos irrazonables y cientos de criminales retornan diariamente a la calle porque un registro fue realizado sin orden o porque dicho registro se realizó sin motivos fundados para entender que un delito se estaba cometiendo en presencia del agente del orden público. Nadie, pero es que nadie, ha pretendido aguar el carácter de los derechos anteriormente expuestos. Dichos derechos han prevalecido a pesar de las consecuencias antipáticas que acarrean porque la privacidad del ser humano es un puntal institucional dentro de nuestras constituciones y por el hecho de que es preferible mil criminales en la calle que no un inocente preso. La 2da. Enmienda no es un derecho de invención reciente. Es anterior a la Declaración de Independencia de USA y era reconocido en Inglaterra antes que los ingleses llegaran a América (el caso Heller contiene todo el desarrollo histórico de dicho derecho y recomiendo su concienzudo estudio antes de opinar sobre el tema, les garantizo le va a ser de mucha ayuda). La 2da. Enmienda está enraizada en la más profunda de las tradiciones constitucionales y derechos en USA. El derecho y la tradición en apoyo a la LIBERTAD y al derecho a la VIDA. Los padres de la constitución habían sufrido en carne propia las garras de la tiranía y conocían de que la vida no puede defenderse de los lobos siendo borregos, hay que ser león. Heller resuelve que el derecho a tener y portar armas es un derecho individual ligado a la auto-preservación del individuo, homogéneamente ligado a la protección de la VIDA. Y señalo, NO MENOS. En los comentarios que anteceden a este, veo cierto aire dirigido a dar alas al estado y autorizarle a aguar el derecho. No puedo estar más en desacuerdo. Estoy más que consciente de que la Corte Suprema ha hecho claro que convictos por delitos graves y aquellos que padecen de insanidad mental no pueden ostentar el derecho. No tengo controversia alguna con tal apreciación de la Corte Suprema, pero no puedo consentir en la configuración de un derecho aguado. O tenemos el derecho, o no lo tenemos. En este momento ello no está en controversia; tenemos el derecho. Tampoco existe controversia en el aspecto de que aplica aquí en nuestra jurisdicción. Hasta el Secretario de Justicia colige con el hecho de que SÍ NOS APLICA. El caso de McDonald v. City of Chicago hace claro que la inclusión del derecho se hace al nivel de todo derecho fundamental, que la inclusión NO es la inclusión de un derecho aguado. Nuestra misión no trata de que se configure el derecho, trata de que el estado nos respete la posesión individual del derecho, con la exclusión de los “felons” y los dementes. No podemos permitir continuar el juego de la cochina, sucia y asquerosa colonia. No hay razón alguna para que nos encontremos a un nivel más bajo que los conciudadanos que residen en el continente. Tal sugerencia es indigna, bochornosa, asqueante. Por otro lado no puedo compartir opiniones prejuiciadas, basadas en el aspecto físico de compañeros que visitan nuestros clubes de tiro. Con bonito no se va a la plaza, se va con chavos. Con ello quiero decir que poco importa que mi compañero en la línea de tiro pueda tener un aspecto que a mí no me agrade, incluso puede ser tan feo y puede estar(a mi juicio) tan mal vestido, como para hacerle las vacaciones al cuco. Lo importante es que no sea un “felón” o que no esté loco, esa es la regla y no otra. Ni más, ni menos. Otro detalle importante lo es el hecho de que en especial la Policía y la prensa anti-armas han hecho presa de las mentes de nuestros ciudadanos empujando campañas sensacionalistas, que analizadas racionalmente, no tienen ningún sentido. La de la venta en exceso de municiones en exceso es una. Es muy cierto de que anualmente se venden unas 4 millones de cargas al año. Eso no tiene nada de particular. Ello equivale a unas 49 cargas por persona con licencia en el año. Pero ese universo tiene que analizarse más concienzudamente. La mitad de esa munición lo son cartuchos de escopeta, los cuales se venden para caza. Por ejemplo, en Puerto Rico hay unos 5mil cazadores activos, los cuales consumen unas 500 cargas al año, para 2,500,000. A eso descuéntenle la munición que consume la policía (la cual ellos han incluido en la estadística) y la munición que consumen los tiradores activos. Cualquier tirador de escopeta activo consume no menos de 5mil cargas en un año. Y personalmente conozco a algunos que han consumido 25mil en un período en particular. Añádale a eso la munición a la que los que renuevan sus licencias tienen que consumir en los cursos de uso y manejo. En conclusión, el exceso de munición es una falacia. Es una distorsión de la realidad, acomodada mendazmente para causar una impresión pública negativa. No puedo estar más en desacuerdo con los registros electrónicos o no electrónicos en los clubes de tiro. Ello equivaldría a legalizar un registro sin orden a personas que en forma alguna se les puede atribuir ser los ejes de la delincuencia. Llevo 40 años visitando consistentemente clubes de tiro y solo puedo atestiguar que son los lugares más seguros en nuestra isla. Nunca he visto en uno de mis clubes a un tecato, ni a un traficante en drogas ilegales, ni tan siquiera a un delincuente. Son gente de armas y la gente de armas en mi isla son gente decente, cabal, trabajadores, responsables y diligentes. La disciplina de la gente de armas así lo requiere. ¿Por qué no sugerimos que registren a cada persona que entra a un parque de beisbol, o a una cancha de baloncesto, o una cancha de voleibol, o a un balneario? Bueno, porque ello equivaldría a institucionalizar los registros ilegales y las invasiones a la privacidad, a la institucionalización del temido estado policiaco. Sin embargo en todos los anteriores lugares he visto drogas, tecatos, rateros, carteristas, rameras, apostadores ilegales y que se yo a cuantos desarrapados mas. ¿Registros en mis clubes y a mis compañeros tiradores y a los dueños legítimos de armas en Puerto Rico? Lo lamento mucho por aquellos que opinan que tal cosa es razonable. En mi libro, solo al criminal se le puede registrar y bajo las condiciones que establecen las reglas de Procedimiento Criminal y bajo las garantías que se establecen constitucionalmente. ¿Invadir la privacidad de la gente decente y someterlos a la indignidad de un registro? NO, definitivamente NO. Eso está bien para regímenes tiránicos y totalitarios, para estados socialistas o leninistas. ¿Bajo nuestras Constituciones? ¡NOOOOOOO!
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Mucha gente desconoce que mientras yo fui estudiante, el combustible a mi transportación, lo era mi dedo pulgar. No era hasta que llegaba el verano, en que Albert me prestaba uno de sus autos. Me imagino que ello tenía doble propósito y el principal de los dos no precisamente estaba relacionado con mi necesidad de transporte, sino con la necesidad, de que el nene de Toña hiciera el “scouting” para la cacería de tórtolas que se aproximaba. Había que contar los pichones en los posibles sitios, por donde entraban a las talas y cuantos entraban por cada una de las entradas. Tengo la ligera impresión de que ello era así, porque el auto prestado siempre llegaba al final del verano. Tres cuartas partes del verano me las pasaba de aventón. En ocasiones, como yo era novio de Doña Wanda Toro, me iba en “pon” para Villa Taína, donde ella se pasaba casi todo el verano, y Oscalín y Toña me iban a buscar después de las diez de la noche. Una de esas noches en que me fueron a buscar, llegando a casa, Toña había avistado a mi madrina Yelin en el balcón de su casa y decidió ir a repasar con ella las incidencias sociales de la semana. Yo me quedo con Oscalín, y en el cuarto de la TV me quito la camisa, los zapatos, y me siento sobre el terrazo, porque hacía mucho calor. De repente tengo esta sensación de que hay alguien caminando sobre el techo de nuestra marquesina y le pregunto a Oscalín que si el oía pasos sobre el techo. “Nene, eso son los ratones” me contesta. Paro la oreja y oyendo nuevamente pasos y le digo: “Ese ratón pesa como dos quintales” y en lo que el diablo se arranca una pestaña arranco hacia afuera, salto sobre la verja y quedo sobre la marquesina. Jumm, no veo a nadie. Le pego un grito a Oscalín y le pido una linterna. Para mi sorpresa ya estaba al lado mío, linterna en mano y encorajonado porque me había tirado afuera desarmado. Le quito la linterna de la mano y alumbro en 360 grados, buscando sobre las casas de los vecinos. No vi a nadie. “Estás loco, te dije que eso son los ratones, teniendo con que protegerte y sales sin nada en las manos arriesgao’ a que te den un cantazo” me increpó. “Aquí arriba había alguien” le dije. “Estás loco, no sabes el susto que me has hecho pasar. Desarmao’ pa’ acá afuera, ¿y si alguien y te hubiese dado un golpe?” No le contesté y me bajo del techo con el convencimiento de que allí había alguien. Entramos a la casa y no pasaron treinta segundos cuando oigo la voz de mi madre: “¡OSCALINCIIIIIIITOOOO!” El tipo se tiró por encima del portal de la casa de los vecinos y cuando vio a Yelin y a Toña se trepó por el portal contiguo, cruzó por el patio y brincó la verja trasera que tiene unos veinte pies de altura. Yo lo bauticé Batman. Era un voyeurista delincuentoso, que se trepaba al techo de nuestra casa para fisgonear a mi vecinita por las ventanas de arriba, la que se quedaba viendo TV hasta tarde, en pijamitas. Un par de meses antes, llegando yo de la escuela de derecho, en un viernes, yo había visto al tipejo fisgoneando por una de las ventanas de mi cuarto a mi prima Yelincita. Sigilosamente le eché mano a un arcabuz .357 que yo tenía y cuando llegué afuera, el tipo se había esfumado. No le dije nada a nadie y calladito guardé mi angelito de acero inoxidable; sin mucho alboroto. Luego del incidente de esa noche, Mami me llamó del trabajo, porque el tipo se le había parado frente a la puerta de la tienda (donde ella trabajaba vendiendo lencería) y al parecer, como ella lo había visto, el la retaba desde el pretil de la plaza. Eché carrera y llegué a donde ella en un par de minutos y al ver al magallete me le fui pa’ encima y se fue corriendo con el rabo entre las patas. Hay quien dice que quien le vende el alma al diablo, temprano el diablo le viene a buscar. Unos días después Batman entra al colmado de Memo Vale, en el sector la Pileta, a la entrada de mi urbanización. Uno de los habituales del negocito le advirtió a Memo que la sabandija alada había entrado al negocio y que no había salido, tampoco estaba dentro del negocio. Memo, quien era un jíbaro sabio intuyó la posibilidad de que hubiese salido por la puerta trasera, la que daba hacia las escaleras de su casa, la cual estaba en los altos del negocio. Memo subió a la casa e inicialmente no vio a nadie. Eso no le satisfizo y pensando que la rata voladora estaba escondida, se metió la mano al bolsillo y le echó mano al .38 S&W Special. Con el revólver por delante le da por mirar bajo la cama…y bingo. Se encontró con unos ojitos chulos que lo estaban esperando. El resto es historia. Luego de pegarle un grito al que le avisó inicialmente para que llamara a la Policía, los gendarmes llegaron por el murcielaguito imprudente, al cual hubo que pegarle la manguera y cambiarlo de ropa antes de echarlo en la perrera. Al parecer Memo le pegó el S&W entre las cejitas al quiróptero, lo amartilló y de la impresión se le aflojaron los esfínteres. Tiempo después le limitaron el vuelo encerrándolo en una jaulita junto con Centauro, en el Campamento Vacacional del Limón; por escalamiento. Años más tarde lo vieron de pasada por el barrio y se le veía exótico; caminaba...extraño. En el día de hoy Víctor González me envió la cita que reproducimos más adelante; no podemos estar más de acuerdo. Les suplico la lean con detenimiento. El estado siempre ha resultado ser incapaz de proveernos la seguridad que necesitamos, y no creo que vaya a cambiar.
Carrying a gun is a social responsibility. A citizen who shrinks his duty to contribute to the security of his community is little better than the criminal who threatens it. "The Constitutional and Social Obligation to Carry a Gun"-Robert Boatman
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No tengo una soberana idea de qué edad teníamos, pero sí recuerdo bien que ya teníamos bigotes y patillas, quizás no de un vello tan recio como el que cargamos ahora. Definitivamente en ocasiones pienso que hubiese sido de mayor beneficio haber crecido como nalga de pichón que no dentro del poder del gorila. Este negocio de afeitarse es torturante; por eso ahora tengo barba, y sí, no me lo recuerden, en la cabeza me quedan tres pelos. En esos días Buddy Carlo y Juaniquín Mendoza habían salido a realizar un viaje y de retorno habían traído no una, sino tres escopetas Remington 3200. Estaban acabaditas de sacar del horno, todavía echando humo. Eran lo último de los muñequitos, una recreación moderna de la venerable Remington modelo 32. La madera tenía tanta figura como una tabla de pichipén. El asunto es que una de las escopetas era para Robert y la otra para Ricky Ramírez. La tercera no le habían puesto nombre y realmente no recuerdo si fue con ella con la que Miguel se hizo un campeón, con su peculiar estilo de “snap shooting”, o si fue con la que Robert comenzó, antes de que Buddy le comprara una Krieghoff 32, con cuatro juegos de cañones. A lo mejor Luisin lo recuerda. La cosa es que Robert se aparece por casa y venía con la idea de ir a la pista (Buddy tenía una pista privada de aviones en la finca de Las Delicias) a dispararle a los platillos. Había juguetes nuevos y tenían que por obligación probarse. Se había comprado una máquina manual Outers para tirar platillos y recogió a la ganga para ir a dispararle a los pichones de arcilla(todavía no existía el campo de tiro que luego ellos construyeron en el lado este de la pista). Llegamos allí todos empaquetados en el mismo vehículo y nos posicionamos al lado oeste de la pista, en unas lomitas donde se podía ocultar la máquina, de tal manera que los platillos salieran por encima de una de las lomitas. Estábamos gozando con el asunto más que un perro con dos rabos cuando de repente se rompe la maquinita. Aquel engendro mecánico era fragilito y se le ocurre expirar repentinamente. Nos arremolinamos alrededor del trasto inútil casi con lágrimas en los ojos y todavía la tarde era muy joven para un velorio. Robert me mira y me pregunta: “¿Qué tu crees Rasco, la podremos arreglar?” Luego de examinar el miserable aparato por un par de minutos, le contesto: “A mí me parece que sí, aquí lo que se rompió es este asunto de gancho con rosca y a lo mejor lo encontramos en el montón de chucherías que Gaspar tiene en la ferretería. Dejamos al resto de la comparsa en la pista y arrancamos pa’ la ferretería de Gaspar Irizarry. No tuvimos que hacer un gran reguerete buscando, no nos tardamos cinco minutos para encontrar un sustituto al gancho roto. De una vez compramos unas arandelas y una mariposa para sustituir una tuerca que promocionaba el ajuste y la tensión del resorte. Hicimos un junte de un par de pesos, le pagamos a Gaspar, un 180 y de vuelta a la finca. Nos tardamos unos treinta minutos en total para retornar. Le aplicamos las artes de la resurrección a la maquinita, un cantazo con el desfibrilador y su corazoncito comenzó a latir. A lanzar platillos se ha dicho. Las 3200s estaban que echaban candela, pero no hubo clemencia para con ellas hasta que sacrificamos al último pichoncito de arcilla. Luego de finalizada la faena, cuando estamos desmontando las escopetas para echarlas al vehículo, Robert me mira y me dice: “Carajo Rasco, a la verdad que nosotros somos impostergables”...Actitud que nos quedó para toda una vida.
A mi amigo y hermano Roberto E. Carlo Mendoza
"Para proteger y defender la Constitución de los Estados Unidos de América y su Carta de Derechos, cuyos dominos son sobre el territorio de Puerto Rico y cuya Segunda Enmienda lee como sigue: "A well regulated militia, being necessary to the security of a free state, the right of the people to keep and bear arms shall not be infringed.".